Dos cabezas rapadas, uno en un viejo camión del ejército, el otro en un coche, se persiguen mutuamente a través de un camino rural. Cuando la persecución finalmente llega a su fin, los dos agresivos cabezas rapadas salen a aclarar las cosas. Los viejos asuntos pendientes deben ser resueltos de la única forma que conocen: la polla. Para pagar su deuda, el culpable chupapollas debe agacharse y recibir una profunda paliza.