Abajo, en algún campo alemán, un hábil hombre de cabeza rapada realiza sus tareas diarias. Trabaja duro y cuida la granja, lava autos y nunca se queja. Un invitado de la granja lo mira con admiración. El trabajador ha terminado por el día, pero después de una ducha rápida decide saludar al visitante a su manera: saca su gran polla y deja que el completo extraño se la chupe. Pero la verdadera naturaleza de su sirviente se hace cargo y decide devolver el favor. Hace un gran trabajo, dejando que la gran polla carnosa llegue a la parte posterior de su garganta e incluso ofrezca su pecho para recibir el precioso esperma que brota al final. ERIC LENN Y MARC AMON