En una fábrica abandonada se reúnen dos bandas. No para pelear o discutir, se reúnen para tener sexo. Una pandilla está formada por dominantes viciosos colgados, la otra está llena de sumisos chupapollas. Estos últimos conocen su lugar: otras rodillas, la boca abierta, las piernas abiertas, listos para coger polla, ¡correrse y mear!